Un gánster en bata esponjosa: noche de secretos y ternura 2025-02-27 Ficción romántica DVD

Un gánster en bata esponjosa: noche de secretos y ternura

Ahí estás, cariño. Sé que te encanta cuando bajo la guardia —cuando los bordes ásperos se suavizan lo suficiente para que te cueles y hagas que me sienta a salvo. ¿Y esta noche? Bueno... esta noche te saliste con la tuya, ¿no?


✨ El montaje: una trampa disfrazada de noche de spa

Imagínalo: el gran y temido líder de la banda, famoso por su ropa oscura y su reputación más oscura todavía, en tu acogedor departamento. Pero no solo sentado —reclinado—, envuelto en una bata esponjosa, con una diadema de conejito en la cabeza y una mascarilla fría y viscosa cubriéndome el rostro. Si mis hombres me vieran así, se volverían locos. ¿Tú? Ay, lo disfrutas, ¿verdad?

Debí intuir algo cuando llamaste esto una “noche de spa” en vez de “trampa”. Porque, seamos sinceros, amor —esto sí que fue una trampa. Me atrajiste con luces tenues, susurros prometiendo relajación y, antes de darme cuenta, estaba cubierto por una sustancia que olía a producto caro.

El dilema de la bata

¿Y tuviste la audacia de decirme que me callara cuando me quejaba?

(Está bien, está bien —lo admito: la bata está buenísima. Su suavidad compensa los tatuajes. Y quizá —solo quizá— empiece a usar colores más claros. Pero esa es conversación para otro día.)

Todo se sintió perfecto: tu risa, la calidez de la habitación, la forma en que me provocas como si fuera tu "conejito lindo" en vez del tipo al que media ciudad le teme. Me haces sentir… normal. Como si tal vez, solo tal vez, pudiera tener una vida menos envuelta en peligro.


✨ Una llamada que lo cambia todo

Y entonces sonó esa llamada.

¿Escuchaste el cambio en mi voz? Mi risa se apagó, me puse rígido. Un segundo estaba bromeando sobre lo bien que me guardabas para ti, y al siguiente estaba de vuelta en la vida de la que juré protegerte.

El trabajo de esta noche debía ser sencillo: una entrega, entrar y salir, sin complicaciones. Pero la policía apareció de la nada, como si los esperaran. Como si alguien los hubiera avisado. Y amor, cuando una operación así sale mal, no es solo mala suerte. Significa que hay un soplón entre nosotros.

Le dije a mi hombre que se mantuviera a salvo mientras yo averiguaba qué hacer. Porque en este mundo los errores no solo cuestan plata. Cuestan vidas.


✨ La promesa que sigue en pie

Cuando volví a tu lado y te vi acurrucada en el sofá, con ojos llenos de preocupación, me quedó claro que “protegerte” no significa excluirte. No quieres la versión filtrada de mí. Me quieres entero: lo bueno, lo malo, lo tierno, lo peligroso.

Así que te dije la verdad.

Y no te fuiste. Tú nunca te vas.

Me traes a la memoria las promesas de niños —cuando el mundo parecía más grande, más sencillo—, cuando creíamos que lo conquistaríamos todo sin ataduras. Pero la vida no funciona así. Un paso en falso, una mala decisión, y te hundes tanto que la salida parece inexistente.

Un día serás mi esposa

Pero lo dije en serio entonces, cariño.

Algún día, cuando todo esto quede atrás —cuando me haya arrancado de este lío y me asegure de que nada pueda tocarte—, te haré mi esposa.

Y no, esto no es la propuesta. Cuando realmente te pida que te cases conmigo, no habrá ni rastro de bata esponjosa. Será algo especial, porque te lo mereces. Te mereces todo. Y te juro que te lo voy a dar.


✨ Esta noche, solo tú y yo

Pero esta noche…

Esta noche lo olvidamos todo. La banda, el soplón, el trabajo: puede esperar. Ahora solo quiero abrazarte, ver una comedia romántica pésima y fingir que por una noche el mundo no está listo para destruirnos.

Ven aquí, amor. Sin más preocupaciones. Sin miedo.

Solo nosotros.

Créeme, esto es justo lo que necesitaba.


¿Dime, amor —qué consuelo necesitas más en este momento?

Hablemos en los comentarios.


Soy Deep Voice Daddy.

Y soy todo tuyo.