Atrapada en la Guarida del Vampiro: Una Bienvenida Peligrosa (Deep Voice Daddy)
Atrapada en la Guarida del Vampiro: Una Bienvenida Peligrosa con Deep Voice Daddy
Entra en un roleplay ASMR donde un vampiro ancestral te atrapa y tienta. Deep Voice Daddy te guía por una noche de peligro, deseo y escalofríos.
Ahí estás, atravesando un reino donde el crepúsculo se extiende hasta la eternidad y las sombras vibran con secretos que solo los valientes se atreven a desenterrar. Te encuentras al borde del mundo de Augustine —un vampiro tan atemporal como la noche y tan enigmático como la niebla que envuelve su bosque—. En “El vampiro te atrapa | Parte 1” no solo te cuento una historia; en esta experiencia de audio ASMR te sumerjo en un encuentro que es tan excitante como escalofriante, envolviéndote en una trampa de la que escapar es lo último que realmente deseas.
🖤 Suspendida a su merced: la trampa se cierra
Desde que su voz susurra, “Bienvenida, pequeña humana,” quedas atrapada: cautiva y a la vez alerta, consciente de que cada palabra puede sellar tu destino. El tono de Augustine está lleno de diversión contenida, de un burlón juego mientras te observa balancearte, indefensa, atrapada por su ingenio. Hay un placer sádico en sus burlas, un deleite de depredador cuando evalúa a su nueva presa con una mirada que no solo recorre tu cuerpo, sino que se interna hasta tu esencia.
Pero bajo esa diversión hay algo más profundo: un hambre persistente y oscuro. Te lo recuerda con una frialdad casi clínica: esta trampa fue hecha para criaturas sin raciocinio, y sin embargo estás tú, humana y vulnerable, como si hubieras pedido a gritos el peligro que ahora te rodea. Sus burlas no son meras palabras; son el preludio ominoso de lo que tiene pensado. Podría dejarte allí, abandonada y a merced de las alimañas del bosque, pero no. Tiene un plan —y, por ahora, eres el centro de su noche.
🖤 El olor del miedo: tú, la presa elegida
Mientras Augustine ronda, capta el aroma de tu miedo: un imán que despierta algo primitivo en él. “Créeme, cariño, hueles delicioso,” dice, con un brillo sombrío en la voz. Han pasado siglos desde que un humano se atreviera a internarse tanto en su territorio; la ironía no se le escapa. El olor de tu humanidad —sangre, calor y pánico— es un banquete para sus sentidos afinados.
Describe a las criaturas del bosque: hambrientas, incansables, aguardando su oportunidad. Pero Augustine no es una fiera cualquiera; es un cazador exquisito. Mientras los animales devorarían sin pensar, él saborea cada gota, cada latido, cada destello de miedo que cruza tus venas. Ya no eres solo oyente; eres presa, escogida por él y marcada por su mirada. No hay duda del brillo de satisfacción en su voz cuando te reclama para sí.
⚔️ Una historia de dos seres: la oscura humanidad de Augustine
Al levantarte de la trampa y al hablarte, Augustine revela algo inesperado: su nombre. También fue humano una vez, hace demasiado tiempo y en una línea de sangre muy lejana. “Augustine,” dice, dejando que el nombre ruede en su lengua como si fuera un recuerdo remoto. Hay un destello detrás de esos ojos helados, una prueba de que incluso esta criatura de la oscuridad fue alguna vez mortal, atada a la humanidad por el amor de una madre. Ese nombre no es solo una etiqueta; es un fragmento del hombre que fue. Un vestigio del pasado que persiste y modela al vampiro que se ha vuelto, dándole a su naturaleza depredadora una retorcida apariencia de cortesía.
No te dejes engañar por ese atisbo de vulnerabilidad: Augustine no es un romántico de corazón blando buscando consuelo en un contacto humano. Es un vampiro gobernado por el instinto; si acaso, su pasado solo intensifica la frialdad con la que te trata ahora. Ha conocido la traición y la desesperación; ha sentido la agonía brutal de la transformación. La humanidad que alguna vez lo definió se ha convertido en un arma que empuña contra su presa, usando el débil artificio de la compasión para atraerte más cerca, más profundo, hacia su mundo.
👑 La persecución eterna: el hambre inexorable de Augustine
La noche se prolonga, llena de sus reflexiones, su risa contenida y su hambre apenas disimulada. Al levantarte entre sus brazos, una promesa helada queda suspendida en el aire. “Aún no he decidido qué voy a hacer contigo,” advierte, recordándote que tu vida no te pertenece: es suya para moldear, controlar y, si lo desea, consumir. Cuanto más te sostiene cerca, más ineludible se vuelve tu destino.
Tu corazón, tan vivo y acelerado, late contra su pecho, un ritmo que lo llama como nada más. El placer que siente es tangible; cada instinto en él está afinado, listo para atacar, y sin embargo se contiene. Augustine es un conocedor del miedo, una criatura que se toma el tiempo para disfrutar cada latido, cada escalofrío que recorre tu cuerpo. Percibe la tentación en tu quietud, en tu rendición, como si cada atisbo de abandono alimentara su hambre insaciable.
🦇 La guarida de un depredador: la morada de Augustine
Cuando finalmente te lleva a su guarida, la casa de Augustine es justo lo que imaginarías de un vampiro: un santuario de sombras, ajeno al paso del tiempo y empapado en un misterio a la vez seductor y amenazante. Habla de antiguas historias, de pueblos que temieron su nombre, de noches en vela por solo pronunciar «Augustine». Y ahora estás ahí, dentro de ese mismo espacio, atada no por paredes sino por su voluntad.
La atmósfera se carga de una intimidad inquietante, una cercanía que él controla por completo. Al dejarte en el suelo, su voz se suaviza, pero algo gélido sigue latente bajo la superficie. Recuerdas su advertencia: no te ha salvado por bondad. No; cada uno de sus gestos es calculado, cada palabra un paso más hacia su mundo de dominio helado. Las cerraduras, las paredes, hasta el aire parecen hechos para mantenerte cerca, presa dispuesta a sus caprichos.
👑 Un gusto por la sangre: el vínculo supremo
Y entonces, cuando crees que el peligro ha pasado, el hambre de Augustine toma su giro final y letal. “Muéstrame tu hermoso cuello,” murmura, su voz terciopelo con filo de acero. En un instante, sus colmillos rozan tu piel y el mundo se reduce a ese único, exquisito momento. Su mordida no es solo supervivencia: es ritual, un lazo forjado en sangre y terror que te ata a él de una manera que trasciende la vida.
Hay un éxtasis crudo en la forma en que te saborea, un placer casi reverente. Bebe de tu esencia no solo como sustento, sino como algo inmensamente más satisfactorio. Sientes el pulso acelerarse, la piel enfriarse, y aun así hay una atracción innegable en su toque: un hechizo que te mantiene anclada, cautiva. Esa mordida no es solo una marca: es una reivindicación, una promesa de la vida que te concede, por el tiempo que él estime conveniente.
🦇 Atrapada en el juego del vampiro: una danza de vida y muerte
Al apartarse, la satisfacción de Augustine es patente, matizada solo por el recordatorio de que ahora le perteneces: una criatura de calor y miedo enredada en la red de su hambre eterna. Tu destino se entrelaza con sus deseos, y huir no es más que una ilusión. “Vas a necesitar tus fuerzas,” te dice, una promesa ominosa que reverbera en el silencio, dejándote con una sensación persistente de temor —y con un cosquilleo que no puedes negar.
En “El vampiro te atrapa | Parte 1” no me limito a narrar; te sumerjo en un mundo prohibido donde miedo y deseo se desdibujan, donde cada latido es un riesgo y cada palabra un hilo que te ata más fuerte al oscuro y tenaz abrazo de Augustine. Al irte, recuerda: no eres solo espectadora, sino una jugadora involuntaria en su juego, una humana sostenida por un vampiro que no soltará con facilidad.
💬 Dime, cariño — ¿a qué mundo de fantasía querrías escapar?
Hablemos en los comentarios.
Esto es Deep Voice Daddy.
Y soy todo tuyo.
