Lo contrataron para matarla… ¿Por qué duda frente a la oficina de su padre? — Parte 3
📝 Ponte al día con la serie completa: https://www.youtube.com/playlist?list=PLZ-AOM6mbOcDhlm6dWXprSgQ_IhIIuyHi
Ahí estás, cariño… hoy se suponía que sería el final.
El plan era sencillo:
- Conocer a tu padre.
- Mantener la compostura.
- Esperar el momento justo.
- Y, por fin… hacer el trabajo para el que me contrataron.
Una muerte limpia. Sin cabos sueltos. Sin dudas de último minuto.
Pero si has estado prestando atención, ya lo sabes: nada sobre ti es simple.
No para mí. Ya no.
💞 Puede tropezar con cualquier cosa… incluso con un guardaespaldas mirando
Todo empezó con un golpecito educado en la puerta.
Un recordatorio suave del hombre que debía ser tu guardaespaldas profesional —pero seamos sinceros, soy el asesino contratado para acabar contigo.
Y entonces —tat.
No fue un disparo. No fue una amenaza.
Solo tú, tropezando con la ropa como la heroína torpe de esa novela romántica que finges no leer.
«Ten cuidado, cariño», digo, apurándote para que no lleguemos tarde, intentando no reírme de tus tropiezos. Pero mientras hablo, pienso en la verdadera razón por la que vinimos: llevarte a la misma habitación que tu padre.
Para que por fin pueda terminar esto.
✨ El edificio más alto de la ciudad
Al llegar a su sede, intento mantener la concentración en la misión. Pero es difícil cuando no dejas de comentar lo imponente que se ve el rascacielos, como si estuviéramos de turismo en vez de en la escena de un encargo.
El plan era:
- Entrar.
- Camuflarnos.
- Esperar a quedar a solas.
¿El problema? Me la paso imaginándote subiendo cincuenta pisos por las escaleras si el elevador se queda atascado —y no es el trabajo lo que me pone nervioso. Es la idea de verte caer a mitad del trayecto.
✨ Conociendo al gran hombre
Se abren las puertas del elevador. Caminamos por pasillos impecables y nos detenemos frente a un par de puertas enormes. Dudo, pregunto si deberíamos tocar.
Y entonces las malditas puertas se abren como en una fantasía de roleplay ASMR.
Tu padre —el CEO— aparece: traje impecable, postura de poder, exactamente lo que esperaba… hasta que te abraza.
No un apretón formal ni una palmada rápida. Un abrazo cálido, de padre a hija.
Y luego —antes de que pueda procesarlo— me abraza a mí.
Cariño, he tratado con mafiosos, políticos y hombres peligrosos en habitaciones oscuras. Me han recibido con recelo, desconfianza y hostilidad. Pero nunca con un abrazo de oso del hombre cuya hija me pagaron para matar.
✨ El almuerzo no estaba en el plan
Intenté rechazarlo. De verdad lo intenté.
Le dije que no quería entrometerme.
Pero de alguna manera terminé aceptando sentarme a almorzar con ustedes.
Con cada segundo, mi plan se volvía más frágil.
Agujeros en mi determinación. Grietas en mi convicción. Preguntas que no debería hacerme.
¿Por qué es tan amable? ¿Por qué confías tanto? ¿Y por qué, después de todo este tiempo, estoy dudando?
✨ Las palabras que no pude decir
Cuando tu padre salió de la oficina, pensé —esto es todo. Te lo diré. No la verdad completa, pero lo suficiente para advertirte. Lo suficiente para que busques a alguien que de verdad quiera protegerte.
Abrí la boca. Respiré.
Y me congelé.
Porque la idea de dejarte dolía más que la de quedarme.
Porque al mirarte, ya no veía un blanco; veía a la única persona de la que no podría alejarme.
Iba a renunciar. Iba a salir de tu vida.
Pero antes de que pudiera decirlo —
✨ El disparo
El vidrio se hizo añicos antes de que las palabras salieran.
Un disparo desde algún punto lejano.
El instinto se apoderó de mí.
Te empujé al suelo. Te cubrí. Mi mente ya repasaba rutas de escape, niveles de amenaza y contramedidas.
Y en ese instante, todo lo que había estado negando quedó claro:
No pensaba en la paga. No pensaba en la misión.
Pensaba en ti. En mantenerte con vida. En asegurarme de que salieras de aquí respirando, aunque yo no lo hiciera.
✨ ¿Y ahora qué, bebé?
El trabajo se complicó. Las líneas entre asesino y protector se difuminaron hasta convertirse en algo peligrosamente embriagador. Ese fuego lento que juré no permitir ya está aquí.
Me enviaron para acabar con tu vida.
Y ahora… no estoy seguro de que pueda soportar perderte.
Quizá lo resuelva mañana.
Quizá no.
Pero por hoy:
Sigues respirando.
Y mientras yo esté aquí, eso no va a cambiar.
💋 Papi sigue vigilando.
📝 Ponte al día con la serie completa: https://www.youtube.com/playlist?list=PLZ-AOM6mbOcDhlm6dWXprSgQ_IhIIuyHi
💬 Ven a contarme qué crees que pasa después
💬 Dime, cariño — ¿cómo prefieres relajarte por la noche?
Hablemos en los comentarios.
Esto es Deep Voice Daddy.
Y soy todo tuyo.
