Amor en las secuelas: Abandonada en el altar, encontrada en ti
Ahí estás, amor — despertar a tu lado llena mis mañanas con una alegría que no sabía que necesitaba. La luz del sol se filtra suave entre las persianas y tu calor, a mi lado, me ancla en una comodidad que apenas puedo creer. Pero esa mañana tuvo un giro que me hizo darme cuenta de todo lo que hemos avanzado juntos...
💌 Mensajes del pasado: una mañana de caos y risas
No hay nada como que tu ex te inunde de mensajes para empezar el día. Ver su nombre encenderse en la pantalla no me sorprendió, pero la desfachatez de sus palabras sí. Leer su mensaje en voz alta para ti fue casi catártico — y, para qué negarlo, muy divertido.
“Queridísimo Adrian: estoy sumamente indignada porque tiraste mis pertenencias a un depósito húmedo…”
¿En serio? “Sumamente indignada”… ¿quién habla así? Mientras leía esas líneas, empapadas de una ternura fingida, terminé soltando una risita. Y ahí estabas tú, riéndote conmigo; tu risa, tan contagiosa, aligeró todo el peso de esa escena.
Después vino el mensaje del otro ex. “¿Mi dulce tulipán?” ¿En serio? El descaro de un tipo que te engañó llamando a alguien “tulipán” era de comedia. Sus intentos por suplicar tenían una poesía absurda que nos provocó más carcajadas que otra cosa.
🌈 Encontrando consuelo en el caos compartido
Lo que más me conmovió esa mañana no fue sólo lo ridículo de nuestros exes, sino la naturalidad con la que lo compartimos. No se trató sólo de burlarnos; fue hallar consuelo en la compañía mutua. Es asombroso cómo un corazón roto puede forjar puentes, cómo el dolor compartido puede anunciar el inicio de algo bonito.
Esa mañana no sólo fue enfrentar el pasado: fue una revelación sobre cuánto ha cambiado el presente. Tú y yo hemos atravesado tormentas. Y aquí estamos, descubriendo un ritmo que nos queda bien.
📸 Una foto que vale mil sentimientos
Te veías increíble, con el cabello revuelto y las mejillas sonrojadas por la risa. Cuando sugerí tomarnos unas fotos juguetonas para provocar un poco de celos, no pensé que aceptarías de inmediato. Pero ahí estabas, lista para posar, con esa sonrisa pícara que iluminaba la habitación.
Empezamos con tomas sencillas: solo tú, radiante, sin maquillaje ni pretensiones. Luego, sin quererlo, las fotos se volvieron otra cosa. Una mano aquí, un beso espontáneo, la risa atrapada en el encuadre. De una intención casi inocente de provocar celos, pasamos a capturar algo crudo, real e indiscutiblemente nuestro.
Ni siquiera noté que mi mano se deslizó bajo tu camisa hasta que me provocaste por mis dedos fríos. Nos reímos, pero en ese segundo todo cambió. Las líneas entre “fingir” y “real” empezaron a desdibujarse, y sentí algo que no me había permitido sentir en años: esperanza.
🌊 El peso de la realización
Y de golpe me vino todo encima, como una ola. El desamor, la traición, meses de agotamiento emocional — todo volvió. Había pasado tanto tiempo fingiendo que estaba bien que, en esa mañana serena contigo, ya no pude contenerlo.
Me quebré. Y tú también.
Por primera vez lo dije en voz alta: estuve en una relación abusiva. Dejé que alguien me dañara una y otra vez hasta que casi no me reconocía. Pronunciarlo fue como abrir una vieja herida, pero tus brazos hicieron que el dolor fuera más llevadero.
💖 Sanar en las secuelas
Me dijiste que los dos estábamos un poco rotos. Y quizá lo estemos. Pero comprendí que estar roto no es el final: es la prueba de que sobrevivimos. Y tal vez, solo tal vez, podamos acompañarnos para sanar.
Cuando me ofreciste acompañarme a terapia casi vuelvo a llorar. La idea de tener a alguien a mi lado —alguien que entiende, que se preocupa de verdad— me parecía ajena. Pero contigo, se siente posible.
🌟 Encontrando fuerza en la vulnerabilidad
Aquella mañana no fue perfecta. Fue desordenada y emocional, llena de cosas que no estaba listo para enfrentar. Pero también fue maravillosa. Porque en medio del caos, te tenía a ti.
A ti, con tus sonrisas suaves y tu corazón abierto. A ti, que no te apartaste de mis lágrimas ni de mis miedos. A ti, que me recordaste que incluso en los momentos más oscuros todavía hay espacio para la risa, la conexión y el cariño.
🌻 Qué viene ahora
No sé qué nos espera. Tal vez sigamos siendo amigos, o quizá esto florezca en algo más profundo. Lo único que sé es que ahora mismo, en este instante, te agradezco. Gracias por hacerme sentir visto, comprendido y querido de una forma que no sentía desde hace años.
¿Y ahora qué hacemos? Seguimos avanzando. Reímos. Lloramos. Nos tomamos fotos tontas y compartimos pizza en el sofá, acurrucándonos demasiado para ser “solo amigos”. Y dejamos que esto —lo que sea que sea— se desarrolle a su propio ritmo.
Porque, amor mío, por rotos que estemos, juntos empezamos a sentirnos enteros.
💬 Mirar atrás para seguir adelante
Si alguna vez te has sentido perdido, traicionado o dejado atrás, recuerda esto: no estás solo. Sanar es un viaje desordenado y no ocurre de la noche a la mañana. Pero con las personas adecuadas a tu lado, se vuelve más llevadero.
Y si sigues nuestra historia, gracias. Gracias por ser parte de esto. Ya sea que hayas reído con nosotros, llorado con nosotros o simplemente hallado consuelo al saber que no estás solo, espero que este relato te recuerde que incluso en la oscuridad, la luz espera ser encontrada.
Tu Deep Voice Daddy
“A veces, ser dejado atrás es el primer paso para encontrar algo real.”
Escucha la parte 1 a continuación:
Un encuentro inesperado: Abandonada en el altar pero encontrándote a ti
💬 Dime, amor — ¿cuál es tu forma favorita de relajarte por la noche?
Hablemos en los comentarios.
Esto es Deep Voice Daddy.
Y soy todo tuyo.
