El himbo, la lesión y el beso en la bañera 2025-04-18 Audio DVD

El himbo, la lesión y el beso en la bañera

Ahí estás, cariño: lastimada y con la típica vergüenza que se siente cuando todos los ojos se van a tu torcedura de tobillo. Pero adivina: estás a punto de ganarte un baño intenso con el himbo que accidentalmente te hizo caer.

Quizá él no lo diría así —quizá él nunca diría nada en serio— pero yo sí. Y este audio viene cargado con todo lo que buscas: un deportista encantador de buen corazón, una lesión que enciende tensión y una bañera compartida que empieza con una disculpa y termina en un beso que te deja temblando (los dedos de los pies no lesionados, claro).

Porque a veces el que te lastima... también aparece con pollo alfredo y un remordimiento enorme.


💕 Tú estabas lesionada. Él se sintió culpable. Ahora estás mojada —y no solo por el agua.

Todo empieza con un tropiezo. Un movimiento torpe durante un partido y te encuentras en el suelo: tobillo torcido, orgullo herido y un himbo nervioso que insiste en que no quiso tirarte. Ya lo ha dicho antes (varias veces), pero esta vez lo siente de verdad.

Hace lo único que parece saber hacer: cuidarte, a su manera más caótica y torpemente cariñosa.

Te acompaña a casa, te ayuda a entrar, te apoya la pierna y empieza a dar mil indicaciones como si él no hubiera sido quien casi te destroza con su energía de linebacker. Y cuando pones los ojos en blanco (otra vez), te regala esa cara de puchero que, por alguna razón, terminaste amando.

Sí. Sabes cuál.


🌟 De la frustración al cariño —y todo antes de que la cena esté lista.

Dice que solo está porque vives sola y “no puedes ni caminar”. Pero, siendo francos: ese hombre quiere estar ahí. Resopla, hace drama y jura que no intenta impresionarte. Y luego... se pone a cocinar.

Sí, cocina.

Resulta que el grandote despistado tiene trucos bajo la sudadera sin mangas. Te sorprende con un pollo alfredo digno de programa de cocina llamado I Accidentally Hurt Her and Now I’m Making It Right. Cuando te entrega el plato no es solo la pasta lo que está caliente: es el momento, la intimidad, el intento honesto de arreglar las cosas.

Y cuando se sienta a tu lado y pregunta torpemente si quieres ver la tele, no es por ocio. Es que no sabe decir “me gusta estar contigo” sin tropezar con las palabras.


💦 La escena de la bañera. Sí, esa escena.

Sé por qué estás aquí: escuchaste lo de la bañera. Y no te culpo.

Cuando se ofrece a ayudarte a bañarte no es nada elegante. Es un torbellino de “¡Cierro los ojos!”, “¡Agarra mi mano!” y “¡Te juro que no miro!”. Y entonces te resbalas.

Lo jalas contigo.

Splash. Ropa empapada. Contacto de cuerpo entero en agua tibia, sin escape y sin nada que ocultar.

Hay un segundo en que su charla nerviosa se corta. El calor del agua queda atrás frente al calor que se enciende entre los dos. Él queda encima de ti, lo besas para callarlo —y lo haces otra vez porque no quieres que ese momento termine.

Ahí es cuando se pone verdaderamente candente. Literalmente.


✨ Por qué este audio te va a arruinar (en el mejor sentido)

No es solo un roleplay picante: es un plato completo de consuelo, torpeza y química. Es la fantasía himbo que te hace sentir cuidada mientras te ríes de sus intentos por parecer impasible.

Dentro encontrarás:

  • Energía de enemigos a amantes sin el drama pesado: coqueteo, tensión latente y tropiezos sexy.
  • Cuidado doméstico tierno empaquetado en terquedad afectuosa: desde sostener tu pie hasta preparar la cena, cada gesto es una pequeña enmienda.
  • Intimidad en la bañera que te sorprende y se queda en tu cabeza días después.
  • El beso: repentino, ardiente, merecido y tan fácil de repetir que querrás volver a escucharlo.
  • Una sumisa simpatía de parte de un tipo que jura que “no le importas” pero actúa como un novio golden retriever con complejo de culpa.

Esto es para quienes disfrutan de un hombre que no sabe pedir perdón con palabras, así que muestra con acciones, termina ayudándote a bañarte y acaba medio desnudo en tu tina. Ups.


💕 Entonces… ¿sigues enojada con él o quieres besarlo otra vez?

Sé honesta. Si un hombre te ayudó a desvestirte, entró al baño con ropa puesta y te dejó besarlo solo para “callarlo”, tampoco lo empujarías. Sobre todo cuando la camisa se le pega al pecho, la voz le baja un tono y susurra que quizá, solo quizá, quiere repetir esto.

Las lesiones sanan. Pero algunos errores —algunos accidentes— vienen con ventajas.


🎧 Escucha ahora y deja que el himbo te arruine suavemente.

Full audio disponible en YouTube:

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Tres semanas de recuperación nunca sonaron tan tentadoras.

Deja que Papi te prepare un baño, cariño. Solo... toma mi mano. Y trata de no jalarme esta vez.

O hazlo. ;)


Dime, cariño: ¿cuál es tu forma favorita de relajarte por la noche?

Hablemos en los comentarios.

Esto es Deep Voice Daddy.

Y soy todo tuyo.