ASMR: Atrapada en la guarida del vampiro (Parte 2) — Roleplay de novio | Deep Voice Daddy 2024-11-22 asmr-autonomous-sensory-meridian-response DVD

ASMR: Atrapada en la guarida del vampiro (Parte 2) — Roleplay de novio | Deep Voice Daddy

Ahí estás, cariño, despertando en la guarida de Augustine, la noche extendiéndose infinitamente a tu alrededor. Aún sientes un leve dolor en la pierna por la trampa, pero son los moretones en el cuello los que realmente te recuerdan lo precaria que es tu posición. Deep Voice Daddy —como Augustine— teje su red un poco más apretada en esta continuación, arrastrándote hacia lo más profundo de su mundo inquietante y seductor. En la Parte 2 nos adentramos más allá del primer encuentro, explorando no solo el hambre de Augustine, sino también su humanidad fracturada y el vínculo que se estrecha entre depredador y presa.


🌑 Despertar en la oscuridad: la peligrosa hospitalidad de Augustine

“¿Y qué vemos aquí? Parece que nuestra pequeña humana por fin decidió volver al mundo de los vivos.” Su voz, suave y divertida, corta la neblina de tu desorientación y te ancla en la escalofriante realidad de tu situación. Augustine está cerca; su presencia es tan parte de la guarida como las sombras que se arrastran por los muros.

Hay un encanto oscuro en sus palabras: te provoca por tu vulnerabilidad y, aun así, deja entrever una sutil preocupación. ¿Te sigue doliendo la pierna? ¿Te inquietan más las marcas en el cuello? Parece deleitarse en catalogar tu fragilidad, un recordatorio constante del abismo que separa su poder inmortal de tus límites humanos. Su diversión es palpable, pero bajo esa ligereza acecha un hambre que espera pacientemente su momento.


🩸 El sabor de la contención: el juego de un depredador

Augustine habla de la anticipación como si fuera un arte sagrado, un vértigo que nace de la espera. Su voz se vuelve juguetona cuando te compara con quien aguarda la mañana de Navidad, ansiosa por abrir los regalos. Pero a diferencia de esa inocente impaciencia, él saborea la espera —no por bondad, sino porque eso intensifica su placer. “Sería un pecado desperdiciar ni una gota de tu sangre”, musita, con un tono a la vez reverente y depredador.

No eres una simple mortal para él. Eres una rareza, una delicadeza que no está dispuesto a malgastar. Sus palabras enroscan la sensación de impotencia que sientes, dejándote claro que tu destino no depende de ti. Y, aun así, hay algo hipnótico en su manera de hablar; una intimidad en su timbre que te mantiene embelesada, pese al peligro que palpita.


🕯️ La historia de Augustine: humanidad empañada por la tragedia

Por primera vez, Augustine te ofrece un atisbo de su pasado. Detrás del barniz del depredador despiadado se oculta un hombre moldeado por la pérdida y la traición. Habla de una madre cuya sabiduría y bondad fueron pagadas con crueldad: una curandera señalada como bruja, arrastrada a la muerte por aquellos a quienes había ayudado. Es una historia que lo humaniza, pero también recuerda la oscuridad que puede incubarse aun en comienzos aparentemente inocentes.

El relato se despliega como una confesión, cada palabra cargada con el peso de los siglos. Su voz se suaviza al evocar las enseñanzas de su madre, las pequeñas alegrías de la infancia, el calor de tiempos sencillos. Esa ternura es breve; pronto la reemplaza una amargura que ha marcado su existencia desde entonces. Huyó de su aldea, dejando a la única familia que conoció, solo para caer en una nueva pesadilla: la maldición eterna del vampirismo.


🌌 La maldición de la inmortalidad: una vida de aislamiento

La transformación de Augustine en vampiro fue todo menos controlada. Sin guía, cedió a la sed y causó estragos a su paso. Describe ese período con una honestidad distante, en marcado contraste con las burlas juguetonas que te dirige. No hay orgullo en su relato, solo la sombría aceptación de lo que llegó a ser: una criatura dominada por el hambre, dejando tras de sí un rastro de destrucción.

Y luego, un punto de inflexión: los ojos aterrados de un niño que reflejaron su propio miedo años atrás. Fue un instante de claridad, la súbita comprensión del daño causado, de las vidas destrozadas. Ese niño fue el catalizador de su exilio autoimpuesto, llevándolo al bosque con la esperanza de enterrar al monstruo que habitaba en su interior.


🐺 La lucha de un depredador: humanidad vs. hambre

A pesar del aislamiento, la sed de Augustine sigue siendo voraz: una batalla constante entre lo humano que le queda y sus instintos vampíricos. Te lo confiesa, su voz teñida de arrepentimiento y deseo. “Me has hecho perder la compostura”, admite, en palabras cargadas de una verdad no dicha. Eres más que presa para él; eres el espejo de la vida que tuvo, la humanidad que tanto ha intentado reprimir.

Y aunque muestra sus vulnerabilidades, deja en claro que ahora le perteneces. “Puede que ahora seas mía, pero tengo la intención de tratarte con la mínima dignidad que merece un ser consciente.” Sus palabras son advertencia y promesa a la vez: por ahora podría perdonarte la vida, pero la libertad se ha convertido en un lujo que ya no te pertenece.


🌑 La guarida del vampiro: una prisión de sombras

La guarida se vuelve extensión de la voluntad de Augustine: un lugar donde el tiempo se estanca y escapar parece un sueño imposible. Cada rincón está empapado de oscuridad, cada sombra un recordatorio de su control. Te deja por un momento; sus palabras de despedida hielan por su sencillez: “Esperemos que no sea alguna de tus amigas la que esté luchando en mis trampas.”

El silencio que sigue es asfixiante, lleno de ecos de su voz y del persistente olor a peligro. Te quedas pensando en sus palabras, en su pasado y en la inquietante intimidad de la conexión entre los dos. Augustine puede ser un monstruo, pero es un monstruo que sabe cómo mantener a su presa embelesada, atada a él por miedo, curiosidad y algo más profundo que todavía no sabes nombrar.


🔮 Atada al mundo del vampiro

En Parte 2, la historia de Augustine se profundiza, revelando capas que difuminan la frontera entre depredador y protector. Su voz, tan rica y dominante como siempre, te atrae más al corazón de su mundo, un lugar donde peligro y deseo se entrelazan. Ya no es sólo un vampiro; es un hombre perseguido por su pasado, luchando por equilibrar sus instintos con los vestigios de su humanidad.

A medida que la noche se prolonga, una cosa queda clara: Augustine puede haberte perdonado la vida, pero tu libertad dejó de ser un lujo. Le perteneces ahora, atrapada en una danza entre la vida y la muerte, donde cada latido recuerda la frágil línea que caminas.

Así que, querida oyente, atrévete a adentrarte más en la guarida de Augustine. Pero ten cuidado: cuanto más te adentres, más difícil será salir. Y quizá, solo quizá, no querrás hacerlo.


💬 Dime, amor: ¿a qué mundo de fantasía te gustaría escapar?

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