Lo contrataron para matarla… ¿Por qué termina protegiéndola? — Parte 1 (ASMR Papi guardaespaldas)
“Ahí estás, mi amor. ¿No pudiste pegar ojo, eh?”
Así empezó todo. Un trabajo. Una foto. Un plan frío para borrar una vida y hacerlo pasar por un accidente —o mejor aún, por un escándalo que destruyera la reputación de tu padre y te dejara indefensa.
Frío, ¿verdad?
Hasta que te conocí.
Abriste la puerta como si yo no llevara ya memorizados todos tus gestos.
Sonreíste como si no fuera yo quien trae sombras.
Me dijiste que te sentías segura con mi presencia y yo respondí: “Un placer conocerte.”
Lo que en realidad quise decir fue: no sabes en qué te estás metiendo.
✨ Un guardaespaldas en la sala
Seamos honestos, mi cielo. No esperaba que fueras tan… cálida.
No solo por cómo hablas, o por quedarte dormida frente al televisor con la cabeza sobre mi hombro como si ese fuera tu sitio. Me refiero a la forma en que me miras: como si ya fuera tuyo, como si creyeras en la máscara que llevo puesta.
Sigues dando las gracias.
Sigues confiando en mí.
Te asomas un poco demasiado al balcón, te estiras demasiado por ese libro en la repisa alta, caminas demasiado cerca del borde de tu propio peligro —y yo sigo ahí para atraparte.
✨ Te vas a matar… y no por mi mano
Déjame pintarte la escena, cariño:
La primera semana conmigo casi te caes del balcón, prendes fuego la cocina sin querer, provocas una cascada de libros en la biblioteca y estuviste a punto de rodar por las escaleras como un muñeco.
No planifiqué nada de eso.
Pero estuve presente en todo.
Dices que soy buen guardaespaldas; que tengo reflejos. Pero, nena, si no te vigilara segundo a segundo, te harías daño antes de que yo siquiera pudiera reaccionar.
Y quizás ese sea el giro más crudo: ahora no quiero que nadie tenga la oportunidad de quitártela.
✨ Dulces dormidas y trabajos inconclusos
¿Recuerdas esa noche en la sala?
Me pediste que me sentara a tu lado.
Vacilé. Te dije que no era profesional.
Me miraste con esos ojos y dijiste: “Por favor.”
Me senté.
Te recargaste.
Te dormiste sobre mi hombro como si yo fuera el lugar más seguro del mundo.
Amor… hace años que no conozco la calma. Pero en ese instante el plan se desvaneció. Olvidé la paga. Olvidé la misión.
Solo pensé: no te muevas. No la despiertes. Déjala descansar.
Déjala confiar en mí… aunque no debería.
✨ ¿Y ahora qué, cariño?
Desde esa noche no sales de mi cabeza.
Sigo teniendo un trabajo.
Sigo sabiendo cómo hacerlo.
Sigo recordando las órdenes:
- Que parezca sabotaje.
- Que daño recaiga en su padre.
- Que sea definitivo.
Pero ahora te cuido de maneras para las que no me contrataron.
Te atrapo porque quiero hacerlo.
Empiezo a creer que no se trata solo de quitarte la vida —sino de intentar no perder la mía en el intento.
✨ Eres el blanco. Y por eso apunto mal.
La verdad, mi amor:
Eres el error más tierno que he cometido.
Cuanto más tiempo paso a tu lado, más claro tengo que prefiero protegerte antes que enterrarte.
Me contrataron para borrarte.
Hoy te salvo, día tras día.
Aún no sabes quién soy.
Lo sabrás.
Y cuando descubra cómo termina todo —solo espero seguir siendo yo quien te atrape.
💋 Papi te cuida
Este audio es para la chica que secretamente disfruta la adrenalina del peligro.
Para quien se estremece con un hombre desgarrado entre el deber y el deseo.
Para quienes buscan brasas lentas, intenciones oscuras y el deshilacharse suave de un hombre que juró no caer.
Pero cae.
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¿Dime, amor —cómo te relajas por la noche?
Hablemos en los comentarios.
Este es Deep Voice Papi.
Y soy todo tuyo.