Contratado para matarte… ¿por qué duda frente a la oficina de tu padre? — Parte 3 (ASMR Roleplay)
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Ahí estás, cariño… hoy se suponía que sería el final.
El plan era sencillo:
- Conocer a tu padre.
- Mantener las formas.
- Esperar el momento indicado.
Y, por fin… ejecutar el trabajo para el que me contrataron.
Una muerte limpia. Sin cabos sueltos. Sin dudas de último minuto.
Pero si has estado prestando atención, ya lo sabes—nada sobre ti es simple.
No para mí. Ya no.
💕 Se puede tropezar con cualquier cosa… incluso con un guardaespaldas mirándote
Todo empezó con un golpecito educado en tu puerta.
Un recordatorio suave del hombre que se suponía era tu guardaespaldas profesional —pero seamos honestos, soy el asesino contratado para acabar contigo.
Y entonces—zas.
No fue un disparo. Ni una amenaza.
Solo tú… tropezando con tu propia ropa como la heroína patosa de esa novela romántica que finges no leer.
—Ten cuidado, amor—digo, apurándote para que no lleguemos tarde, conteniendo una risa ante tus torpezas. Pero mientras lo digo, mi cabeza no deja de pensar en la verdadera razón por la que estamos aquí: llevarte a la misma sala que tu padre.
Para poder terminar esto de una vez.
✨ El edificio más alto de la ciudad
Cuando llegamos a su sede, intento mantenerme en la misión. Pero es difícil cuando no paras de comentar lo imponente que es el rascacielos, como si estuviéramos haciendo turismo en lugar de preparar un ajuste de cuentas.
El plan era:
- Entrar.
- Camuflarnos.
- Esperar a quedarnos a solas.
¿El problema? Me imagino que si se rompe el ascensor intentarías subir por las escaleras hasta el piso cincuenta —y no es el trabajo lo que me pone nervioso; es la idea de que te caigas a mitad de camino.
✨ Conociendo al gran hombre en persona
Las puertas del elevador se abren. Caminamos por pasillos inmaculados hasta detenernos frente a un enorme par de puertas. Dudo, preguntando si deberíamos tocar.
Y entonces las malditas puertas se abren como una escena sacada de un roleplay ASMR de fantasía.
Tu padre—el CEO—sale, traje impecable, porte autoritario, todo lo que esperaba… hasta que te abraza.
No es un apretón de manos cortés. Ni una palmada rápida en la espalda. Es un abrazo cálido, de padre a hija.
Y luego—antes de que pueda asimilarlo—me abraza a mí.
Cariño, he tratado con jefes de la mafia, políticos y tipos peligrosos en habitaciones oscuras. Me han recibido con sospecha, hostilidad y miedo. Pero nunca con un abrazo de oso del hombre cuya hija me contrataron para matar.
✨ El almuerzo no estaba en el plan
Intenté rechazarlo. De verdad lo intenté.
Le dije que no quería entrometerme.
Pero de algún modo acabé aceptando acompañarlos a almorzar.
Y con cada segundo que pasaba, mi plan se deshilachaba.
Huecos en mi determinación.
Grietas en mi convicción.
Preguntas que no debería hacerme.
¿Por qué es tan amable?
¿Por qué confías tanto?
Y por qué, después de todo este tiempo, estoy dudando?
✨ Las palabras que no pude decir
Cuando tu padre salió de la oficina, pensé—esto es. Te lo diré. No toda la verdad, pero lo suficiente para advertirte. Lo suficiente para que busques a alguien que realmente quiera protegerte.
Abrí la boca. Respiré.
Y me congelé.
Porque la idea de dejarte dolía más que la idea de quedarme.
Porque al mirarte, ya no vi un objetivo; vi a la única persona de la que no podía alejarme.
Iba a renunciar. Iba a salir de tu vida.
Pero antes de que pudiera decirlo—
✨ El disparo
El vidrio estalló en mil pedazos antes de que las palabras salieran de mi boca.
Un disparo desde algún lugar lejano.
El instinto tomó el control.
Te empujé hacia el suelo. Te cubrí. Mi mente ya repasaba rutas de escape, niveles de amenaza, contramedidas.
Y en ese instante, todo contra lo que había estado luchando quedó cristalino:
No estaba pensando en el pago.
No estaba pensando en la misión.
Estaba pensando en ti. En mantenerte con vida. En asegurarme de que salieras de aquí respirando —incluso si yo no lo hacía.
✨ ¿Y ahora qué, bebé?
El trabajo se complicó. Las líneas entre asesino y protector se han difuminado hasta formar algo peligrosamente embriagador. Ese peligro lento que juré no permitir… ya está aquí.
Me contrataron para acabar con tu vida.
Y ahora… no estoy seguro de que pudiera soportar perderte.
Quizá lo resuelva mañana.
Quizá no.
Pero por hoy?
Sigues respirando.
Y mientras yo esté aquí, eso no va a cambiar.
💋 Papi sigue vigilando.
🎧 Escucha ahora la Parte 3 (Audio romántico de guardaespaldas): https://youtu.be/JwEQsbYOssA
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Esto es Deep Voice Daddy.
Y soy todo tuyo.